Según la psicoanalista Diana Sahovaler de Litvinoff, miembro de APA/IPA y autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual (Paidós), “el chico siempre ha dependido de sus padres pero con las nuevas tecnologías esto cambia, y es el adulto es que necesita la asistencia de su hijo”. Si bien el padre va a tener que recurrir al asesoramiento de su hijo, “el adulto no debe perder el control sobre los horarios y usos de la computadora”, ejemplifica la licenciada Sahovaler. Pero también advierte una cuestión: “El chico encuentra en la computadora mucha satisfacción –una red social, imágenes, juegos e información escolar – y entretenimiento y el adulto queda afuera. Por esta exclusión muchos adultos se enojan y prohíben caprichosamente el uso de la computadora para no quedarse afuera. Esta no es una buena manera de ejercer el control, sino una forma de usar el poder de padres como una extorsión”.
Para el Dr. Sivak, “los padres encuentran que les cambiaron el libreto. Y esto trae aspectos positivos: los padres pueden salir del rol rígido de ser educadores para poder aprender junto a sus hijos nuevos conocimientos. Pero, por otro lado, podría generar en los chicos cierta falsa creencia de que todo lo saben, lo que podría acarrearles una visión distorsionada del rol de padres”. Y aclara: “Hay que tener mucho cuidado. A veces se sobrevalora la capacidad de nuestros hijos y se los pondera colocándoles el mote de genios. Sin embargo, que tengan agilidad informática no significa que tengan más inteligencia sino capacidad de acumular información. Hay que tener cuidado con esa polarización de mi hijo es genio y yo, como padre, no entiendo nada con respecto a las nuevas tecnologías”.martes, 1 de septiembre de 2009
Cuando los chicos enseñan :NO PERDER EL ROL DE PADRES
“Antes los padres controlaban la información que llegaba a los chicos; ahora no y los chicos tienen más poder”, enfatiza Cilley. Entonces, ¿cómo tenemos que actuar los adultos para que a ellos les resulte beneficioso este nuevo proceso? “Se trata de una experiencia cultural nueva, un sensorium nuevo, unos nuevos modos de percibir y de sentir, de oír y de ver que en muchos aspectos choca y rompe con el sensorium de los adultos”, responde Flores Merlo. Y sigue diciendo: “Nuestros hijos están viviendo una ruptura cultural y generacional que sus padres no han experimentado. Sin ir más lejos, internet empezó a expandirse en Argentina hace tan sólo 10 años. Debemos escuchar la experiencia de ellos para poder entenderlos y acompañarlos. Los chicos parecen adultos en miniatura, manejan la tecnología mucho mejor que sus propios padres y tienen una capacidad de incorporar el cambio como parte de su ecosistema. Son nativos digitales pero lamentablemente solitarios… y además muchos de ellos con miedo y mucha necesidad de ser escuchados y contenidos”.
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